La
primavera de tus ojos ilumina mi soledad,
esa que
quiere acorralarme.
Me trae
caricias ingenuas,
benditas y
nobles
con rastros
de fuego
y azorados momentos.
La pasión
desvela lo impredecible
y el miedo busca los rastros
sublimes de
tu cuerpo.
Silencio
desmedido
solo son
instantes
¡Que miserables
los recuerdos!
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