Para
volver a tu boca
no deseo más
que silencio.
Ella es mi
refugio
esa loca
pasión
de gorriones
y poetas
eclipsando mi
piel.
Silenciosamente
la recorro
mientras un
torbellino
me empuja
al destierro
de un beso
tuyo.
Vuelvo a tu
boca,
con asombro
como un
misterio
y me quedo en ella.