De mis memorias recojo mis alegrías, de mis memorias, la nostalgia.
Toda la vida es recuerdo, donde el miedo, el amor, la búsqueda, el dolor y la felicidad son parte de ella, crece todo ese bagaje de situaciones y sentimientos y aceptamos su realidad después de haber reído y haber llorado... siempre después, siempre a destiempo.
Después de haber llorado, comprendemos que cada día maduramos un poquito a la fuerza, no es que la vida nos haga a los azotes, simplemente tropezamos con tantos escollos, tantas presiones e injusticias, que si esperamos que alguien corra para salvarnos o apaciguarnos, el tiempo puede ser tan tirano, que él mismo pueda derribarte y no tener entonces la fuerza suficiente para levantarte. Entonces si, maduramos, bien o mal, esa es una regla de la cual cada ser humano no escapa a su excepción.
Luego lo vemos deambular por el mundo, cada uno con su propia cruz, su pasado, su rutina su alegría o desdicha. Pasamos, todos pasamos, pero tiene tanta miseria y egoísmo el hombre que ni siquiera comprende el valor de su especie, mucho menos sabe de sus emociones y sentimientos. ¿Por qué? ¿Por qué somos tan capaces, tan inteligentes y alocados al ritmo de la vida, que no somos dueños de sentirla y vivirla minuto a minuto? Porque somos tan desarrollados y hacemos uso de nuestra razón, estamos donde estamos, somos todo pulmón, marchamos a toda prisa, una máquina sin parar, eso somos, pero... ¿ no es hermoso de vez en cuando buscar allí dentro algún sueño, sentir como se desploma el corazón por un beso, cautivarnos de la ternura de los niños?¿ O detenerse, ante la belleza de un paisaje por el cual hemos pasado mil veces sin advertirlo?
¿ No sería hermoso que empezáramos a amarnos más y a respetarnos más?
¡Sería hermoso! Y Seríamos los señores de la felicidad!
Somos capaces si, cuando amamos, amamos sin reservas, pero por cuánto tiempo amamos?
Después... ¿qué queda después? El vacío? un abismo entre ese sentimiento y el dolor que nos cuesta tanto atravesar las barreras nuevamente? ¿ Es el rencor o el temor a ser reincidentes al dolor?. O tal vez hemos fracasado tanto en el terreno del amor que enfrentarse a él, es presentarse otra vez ante una situación que nos dejó lágrimas en los ojos y en el corazón, solo desencanto?
Tal vez por eso es arduo volver a empezar.
Amemos sin medidas, el tiempo cura todas las lesiones, el amor es la base y el cimiento de nuestra humanidad, ¡Amemos! Así tendremos una generación cada vez más cercana a la vida, porque el amor es vida…”y aunque la tierra donde se arraigue, sea salada, que el universo de tu mundo encuentre un sitio de mares de pequeñas flores saladas al asilo de horizontes donde la magia de cariño reconozca el derecho de albergar el alma con amor”.
Yo estaré no sé dónde, venerando estrellas, esas que nos orientan, sin resentimientos, enfrentándome cada mañana, a las mismas dificultades y los mismos fantasmas, pero con un corazón dispuesto a intentar la felicidad, siempre, las veces que fuera necesario!
Norma Saleski.-
(Del Libro:"Una Gesta Familiar")